Entre pifias, gritos, peleas y una inédita interrupción de competencia, llegó a su fin el reality más largo de Chile. Tras seis meses al aire, veinte participantes, tres parejas formadas, dos meses de desfase, llegó el día de La Batalla Final de “1810”, el primer reality show de época chileno, producido por los cerebros de Canal 13.
La cita fue a las 19 horas en el Centro Cultural Estación Mapocho. Con muchas personas y muy pocos guardias, comenzó el caótico ingreso, durante el cual no faltaron los colados. Tras una larga y fría espera, se encendieron las antorchas y Raquel Argandoña se ubicó sobre una especie de castillo, para comenzar el programa de televisión, que no pudo estar más mal armado. La mitad del show fueron videos del reality que aún no habían sido mostrados por el atraso.
Con toda la plata que han ganado con el reality, podrían haber producido una final mucho más espectacular, pero el lugar era muy chico y con el público muy encima, lo cual produjo problemas. ¿Por qué no mostrar la semifinal en un juego en vivo, por ejemplo?
Pasada las 23:30 horas, entraron los seis finalistas y Angélica Sepúlveda recibió la ovación que el 90% de los asistentes esperaban darle. Porque barra de Gonzalo Egas no había y eso claramente se notaba en la molestia de su rostro. Arturo Prat recibió aplausos robados de Angélica, mientras Coca Mendoza tenía el 10% restante de apoyo.
Pero lejos, las más pifiadas fueron Andrea Dellacasa y Janis Pope, quién pedía respeto sin conseguir resultados. Otra que se llevó pifias e insultos, fue Eliana Albasetti, porque la modelo se atrevió a atacar a Angélica y los fanáticos de la morena, le gritaron de todo, recordando muchos animales.
Los ánimos se empezaron a calentar, cuando Coca Mendoza eligió a Angélica como duelista. Ahí, los insultos hacia el colocolino empezaron y sólo se detuvieron durante la competencia entre Egas y Prat, siendo este último, el más apoyado.
Dellacasa lloraba la derrota de su novio y cuando el público vociferaba “llorona”, ella se atrevió a responder: “Soy llorona, pero tengo un gran corazón, no como Angélica”, lo cual empeoró los gritos en su contra, entre “floja”, “orejona” y cosas peores. Francisco Barrena tampoco se salvó y aguantó los gritos que le decían “enfermo”, mientras los primeros eliminados, como Natalia y Álvaro se paseaban en busca de fanáticos que nunca llegaron.
Durante la competencia entre Coca y Angélica, los fanáticos de Sepúlveda estaban en éxtasis, apoyando a su ídola y gritando sin control. Pero fue cuando Coca se cayó y nadie lo mandó a empezar de nuevo, cuando la furia se apoderó del público. Luego decían que no amarró su cuerda y Angélica, que no había visto nada, sólo escuchaba a su fanaticada, que se lanzó a sus brazos, hasta que los guardias, superados, la lograron sacar. Mientras su familia atacó a Coca, a punto de llegar a los golpes, si no llega otro guardia atrasado a detenerlos.
Ahí los ánimos estaban más que encendidos y los fanáticos de Angélica planeaban una forma de sabotear la final entre Prat y Mendoza, lo cual lograron, sólo segundos después de iniciada la competencia, irrumpiendo en el piso y empujando a Coca, lo cual alarmó a Raquel Argandoña, quién no podía creer lo que ocurría, gritando a los guardias para que actuaran.
Mientras en TV, se veía la promo de “1910”, Argandoña intentó calmar al público, mientras los guardias entendían cuál era su trabajo y controlaban a los fanáticos, en su mayoría menores de 20 años y señoras mayores de 45.
Luego, comenzó la gran final, en una de las competencias más fomes de los realities, eterna y latera. Cómo sería de aburrida, que Raquel se maquillaba, mientras Coca y Prat luchaban. Los seguidores de Angélica se fueron a los pocos minutos de iniciado el duelo y sólo unos pocos gritaban por Coca.
El himno nacional de María José, se vio empañado por la llegada de Pamela Leiva y las pifias que también recibió por su relación con Coca.
En definitiva, fue un cierre decepcionante a un «1810» que pudo tener la gran final de los realities, pero que se conformó con parecer final de alianzas escolares. Si el 13 no se hubiera gastado el dinero en “1910”, quizás habríamos tenido un gran espectáculo.