A pesar de lo atractivo que pueda llegar a ser el tema, hay pocos precedentes en relación a lo paranormal en la TV chilena: “Revelaciones”, “OVNIS”, “El Día Menos Pensado” y el “Mago Enmascarado”. Las noches de los lunes, Chilevisión está presentando “Psíquicos”, una interesante vuelta de tuerca al género de la telerrealidad que toca el tema de lo sobrenatural a través de una competencia donde un variopinto grupo de personajes con supuestos “poderes sobrenaturales” tiene que demostrar sus capacidades. Tenemos en competencia, entre otros, a una dupla de gitanas, un sacerdote afro-brasileño, gente dice contactarse con ángeles, muertos y extraterrestres y expertos en disciplinas extrañas como tabacomancia y radiestesia.
Bajo la sobria conducción de Iván Nuñez (quien no pierde ni una pizca de credibilidad) y la participación de un panelista experto (León Popovic) y otro escéptico (Pablo Mackenna), hemos podido ver a los concursantes fallar patéticamente en algunas pruebas, pero acertar medio a medio en otras. Todo esto mezclado con los elementos típicos de los realities: eliminaciones e intrigas entre los participantes. Si bien no ha logrado amagar (por ahora) el incontestable y arrogante dominio de “Mundos Opuestos”, ha logrado sacar una buena tajada de rating y ubicarse cómodamente en el segundo lugar en su horario.
Entre “Psíquicos” y el engendro creado de Sergio Nakasone, prefiero mil veces el reality de Chilevisión, que al menos deja temas para reflexionar. Uno mira el programa y empieza sinceramente a cuestionarse si sus poderes son reales, o si hay trucos televisivos de por medio, lo que da pie a debates muy interesantes. Al respecto, recomiendo los análisis de Eduardo Unda-Sanzana y otros autores en el sitio web de la Asociación Escéptica de Chile, quien señala a grandes rasgos que las pruebas adolecen de serios problemas de diseño y sus resultados son los mismos que se obtendrían si los experimentos fueran al azar. Este solo hecho hace que “Psíquicos” adquiera valor más allá a su carácter de programa de entretención.
El género de la telerrealidad (entiéndase realities, docu-realities y similares) ha sido muy criticado por las barbaridades que suelen suceder en ellos. “Mundos Opuestos” ha sido fuertemente cuestionado por su cóctel de intrigas, infidelidades, traiciones y hasta peleas. Sin embargo, “Psíquicos” ha demostrado que, bien orientado, puede dar pie a discusiones interesantes y hasta profundas. Esto es como los cuchillos o el dinero: en sí mismo no tienen nada de malo, y lo malo depende de la forma e intención con que son usados. Si observan bien los canales culturales del cable, como el 13C, History Channel y todos los Discovery (Channel, Science, Civilization, Turbo), muchos de sus más destacados programas están dentro de ese formato: “Cazadores de Mitos”, “Da Vinci en la Práctica”, “Prototipos”, “En Cámara Lenta”, “Overhaulin’”, “City Tour”, “Motoviajeros”, etc. Y son todos programas entretenidos, culturales y hasta útiles.
Esto da para pensar en otro tipo de programas. Si se puede hacer un docu-reality con exponentes de lo paranormal, ¿Por qué no hacer otro donde equipos de estudiantes de carreras técnicas, de ingeniería o de robótica diseñen robots para cumplir un desafío? ¿O donde estudiantes de arquitectura construyan una maqueta de puente que sea capaz de resistir un terremoto simulado? ¿O donde estudiantes de Industrias generen un producto ingenioso y lo vendan al público? Cabe preguntarse si será televisivamente más rentable que ver a Thiago seduciendo a cuánta mina se le cruce por delante o al “Chispa” peleando con medio mundo (lo más probable es que no), pero al menos permitiría darle variantes y valor agregado en cuanto a contenido.